Rodin

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Foto Karem Sánchez Noviembre 2015

martes, 17 de enero de 2012

Herme y Elias


Hace dos días nuestro segundo hijo contrajo matrimonio en Valencia, España, con una linda y querida chica española. Cómo se conocieron y cómo decidieron casarse se entiende en buena parte gracias a que ambos  comparten principios y creencias espirituales los que les inspiran y animan para orientar sus vidas al servicio de la humanidad y de contribuir en la construcción de un mundo mejor. Con la certeza de que el matrimonio no es solo la unión de dos seres que se aman, sino también la unión de dos familias, tanto él como ella solicitaron el permiso de sus padres y madres para dar este paso trascendental en sus vidas. Los padres de la novia y nosotros dimos el consentimiento que dio lugar a una bella ceremonia civil en el Ayuntamiento de Liria, y a una aún  más bella y espiritual ceremonia bahá’i en la Escuela Bahá’i de Liria. Les deseamos lo mejor para una vida en pareja plena de amor,  alegrías, desafíos y oportunidades. ¡Para ellos, un buen futuro!

No quiero entrar en detalles respecto al matrimonio de nuestro  hijo. Quiero, en cambio, evocar a Herme y Elias, madre y padre de la novia. Ambos nacidos y criados en la entrañas de la España profunda.  En el breve tiempo que hemos podido compartir, además de brindarnos una amistad sincera y afectuosa colmada de una extraordinaria hospitalidad la cual  hemos recibido como un verdadero honor y privilegio, nos han abierto la puerta de su casa, su corazón y su patria y nos han dejado asomar a un universo cultural rico en tradiciones, emociones y pasiones.

Hablamos castellano, pero los kilómetros de océano que nos han separado por centurias, le asignan significados diferentes a las palabras. Herme va a ‘fregar’ cuando quiere lavar los platos y hacer los oficios de la cocina. Yo la ‘friego’ cuando la fastidio al querer lavar los platos en los que se sirven copiosas cenas y deliciosos manjares preparados por ella. Nos propone salir a ‘cazar gambusinos’ cuando quiere jugar una broma inocente. Las horas de alimentación y sus nombres son otro rompecabezas: El almuerzo es entre el desayuno y la comida, la comida es el almuerzo, la  merienda son nuestras ‘onces’ y la cena es nuestra comida solo que hacia las 10 de la noche. Nos confundimos mientras aprendemos lo que significan las cosas para cada una y encontramos el sentido y el significado que nos permite comunicarnos y compartir.  Elias,… el que hace la mejor paella de Valencia, es conocido por todos. Su generosidad es enorme. Sus otras dos hijas y su otro yerno,   tienen corazones solidarios, dispuesto al servicio, y el bienestar de los demás.

Aman su país y su tierra. Recordando a Machado al borde del Mediterráneo  nos mostraron sus  lugares de  esparcimiento, diversión y alegría compartidos  en familia extensa. Y no lejos del mar, vimos las sierras españolas que para mí solo eran  referencia literaria. Valencia y España son ahora realidades  concretas y vivas para mí gracias a Herme,  Elias y su familia.

Junto a ellos y también con Bizhan y Deli, en Luxemburgo, hacemos una gran familia en donde se cruzan tradiciones históricas y familiares que unen a oriente y occidente; antiguos y nuevos continentes. La fuerza del pasado con el impulso del futuro por venir.

 Una vez más he tenido la oportunidad de vivir por experiencia directa que ‘la tierra es un solo país, y la humanidad sus ciudadanos’. Los afectos traspasan fronteras, idiomas y culturas.
Buen  momento para recordar a Antonio Machado


Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.



(Extracto de Proverbios y cantares (XXIX))