Rodin

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Foto Karem Sánchez Noviembre 2015

domingo, 28 de noviembre de 2010

Kilos de más

Son todo un problema.  No solamente por  las razones que tal vez usted se puede estar imaginando. Este problema tiene múltiples caras y hoy quiero explorar al menos una.

Quién que haya viajado dentro de su país o a países extranjeros no se ha enfrentado  con el  dilema de hacer la maleta. Cuando se hace, no solo tiene que tener en cuenta qué es lo que necesita llevar para su viaje sino cuánto va a pesar. El asunto es menos grave cuando viaja en transporte público y por tierra. Allí los factores  determinantes  para  el tamaño y el peso del equipaje son, por una parte, la resistencia y calidad de la o las  maletas,  esto es, cuánto le puede poner sin que se rompan los cierres o cremalleras ni salgan volando las manijas; la bodega del automóvil  que empleará para llegar a la terminal de transportes;  interviene, también, cuánto peso  el viajero  o sus acompañantes son capaces de levantar. Finalmente, el último factor es el tamaño de la bodega del bus o buseta en el que viaje y de lo que los compañeros de viaje lleven también como equipaje.

Sin embargo, cuando se viaja por avión, otra es la situación. Además de las consideraciones anteriores se debe tener en cuenta la sentencia lapidaria de las compañías aéreas: “20 kilos para vuelos nacionales” o “dos piezas de 23 kilos para viajes internacionales”, y eso dependiendo de la compañía.  Así pues, viajar implica pensar en los kilos de más… los de su equipaje. Sin embargo, lo que en un viaje planeado de negocios, vacaciones  o visita familiar  no pasa de ser un asunto logístico manejable y hasta divertido se torna en drama humano, en otro contexto.
¿Qué de los que tuvieron que  viajar centenares de kilómetros o cruzar del océano  para buscar mejores oportunidades y la realización de sus sueños? ¿Qué de los que después de muchos años de ganar  con el sudor de su frente y sus lágrimas el sustento para los que dejaron atrás regresan con la ilusión del reencuentro o con la desilusión de la frustración? ¿Qué de los que de la noche a la mañana tuvieron que huir forzosamente apenas con lo que llevaban puesto? Para todos ellos, los kilos en  sus maletas, o los kilos que no pudieron llevar tienen otro valor. Son los migrantes y los desplazados. ¿Cuántos son? ¿Hacia dónde van? ¿Cuál es su destino?

El  Reporte Mundial de Migraciones 2010  de la OIM  (http://publications.iom.int/bookstore/)
señala que: Hay mucho más migrantes internacionales en el mundo de hoy que los que nunca antes se habían registrado - 214 millones según la ONU DAES (2009)[i] - y su número ha aumentado rápidamente en las últimas décadas, frente a 191 millones en 2005. Si la población inmigrante continúa aumentando al mismo ritmo de los últimos 20 años, el número de migrantes internacionales en todo el mundo para el año 2050 podría llegar a ser de 405 millones. Al mismo tiempo, los migrantes internos suman 740 millones de personas (PNUD, 2009). Así, el número total de migrantes hoy son un poco menos de mil millones en todo el mundo.’

El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas también indica que el 57% de todos los migrantes viven en los países de altos ingresos y constituyen aproximadamente el 10% de su población total. De acuerdo a los últimas cifras del Centro para el Monitoreo del Desplazamiento Forzado (IDMC, 2009)[ii], se registraban 26 millones de desplazados internos en el mundo. Sudán es el país que registra mayor número, con 4.9 millones de personas seguido por  Colombia, con un número estimado de 3.3 millones que pudiera ser mayor. Siguen en orden de magnitud de desplazamiento Zimbawe, Etiopia y Afganistán.

Los que tienen que lidiar con estas maletas o sus ausencias hacen parte de un fenómeno local y global que requiere soluciones tanto locales como  globales. No en vano uno de los temas, un tanto deshumanizado,  que ocupa los primeros lugares en las agendas públicas de discusión es qué hacer con los migrantes y los desplazados, como si ellos fueran a su vez maleta y equipajes acomodables.

Lo que se encuentra en juego aquí es la recomposición étnica, social y cultural de las ciudades,  regiones y  países expulsores y receptores de poblaciones; las posibilidades de ‘integración’ y ‘asimilación’; el logro de una nueva  cohesión social que reconstruya sociedad y ciudadanía; la oportunidad de  encontrar significados concretos para explorar todo el  potencial de la  riqueza de la unidad en diversidad que inexorablemente atestigua este mundo global.

Pero más aún,  lo que se encuentra en cuestión y  lo que requiere urgente solución es modificar  las penosas  condiciones sociales, económicas, políticas y culturales que obligan a tantos millones en el mundo a hacer  sus maletas de afán con esos kilos de más… o de menos.

Mientras buscamos alternativas, aquí este  poema hecho canción del español Pedro Lezcano

http://www.youtube.com/watch?v=uCmjRClIbCE




[i] United Nations Department of Economic and Social Affairs (UN DESA)
2009 Trends in International Migrant Stock: The 2008 Revision. UN DESA, Population Division, New York, http://www.un.org/esa/ population/publications/migration/ UN_MigStock_2008.pdf
[ii] Internal Displacement Monitoring Centre (IDMC) 2009 Internal Displacement: Global Overview of Trends and Developments in 2008,
http://www.internal-displacement.org/8025708F004BE3B1/(httpInfoFiles)/82
DA6A2DE4C7BA41C12575A90041E6A8/$file/IDMC_Internal_Displacement_Global_Overview_2008.pdf


sábado, 20 de noviembre de 2010

Lección de geografía... política

No lo sabía. Tal vez porque de donde vengo se encuentra muy al sur, no sabía que vivo en el ‘sur global’ o para mayor precisión en el Global South. Me pregunto si esta nueva ubicación geográfica la hayan identificado y definido quienes se encuentran en el Global North.
Cualquiera que sea el caso, este descubrimiento respecto a mi novedosa ubicación me ha hecho reflexionar, por una parte, en los puntos cardinales y en la urgencia que tenemos de ubicar las cosas y a nosotros mismos en el espacio para lo cual tenemos que recurrir a algún tipo de referencia. Bendita sea la  brújula que nos indica siempre el Norte magnético.
Pero por otra parte, me plantea interrogantes respecto a los fundamentos sociales, políticos, económicos y culturales, con los cuales se definen los sistemas de referencia para identificar nuestras coordenadas ya no solo de ubicación geográfica sino  humana y social. ¿Son éstos absolutos e inmutables?
Con estas ideas en mente me acordé del juego imaginario de mi niñez. Acostada sobre la alfombra que  cubría el suelo de la sala miraba el techo y, de repente en el vértigo de la imaginación, ponía  de cabeza la habitación. Por breves momentos el techo se convertía en el suelo  y el suelo  en el techo. Ese nuevo suelo se veía despejado y desierto, solo ocupado por dos protuberancias salientes, las lámparas solitarias en esa nueva inmensidad. El techo, por el contrario, aparecía abigarrado y lleno de objetos que cobraban nuevos formas y rompían la ley de la gravedad. De repente, por su propia voluntad la habitación recuperaba su forma habitual. Era el juego de ver el mundo cambiando los sistemas de referencia.
Después me di cuenta que Ricardo Arjona también jugaba a lo mismo y lo cantaba, llenando el juego inocente de mi infancia de enormes implicaciones políticas. Si el Norte fuera el Sur, ‘ser moreno y chaparrito sería el look más cotizado’.
También me di cuenta que el poeta no solo se inspiraba en los puntos cardinales sino que también los podía poner en cuestión. El oriente, que sin duda no existe para el afghano, el persa o el tártaro’ nos dice Borges en su bello poema Lo Nuestro.
Volviendo al principio y tratando de entender a qué se refiere ese global south al que pertenezco (¿pertenecemos?) las enciclopedias  y centros especializados indican que 157 países del mundo,  de los aproximadamente 184 reconocidos,  hacen parte de esta región! Además que  Por desgracia, la gente de estos países también lleva la peor parte de algunos de los mayores desafíos que enfrenta la comunidad internacional en el próximo milenio: la pobreza, la degradación ambiental, violaciones de los derechos humanos y civiles, los conflictos étnicos y regionales, desplazamientos masivos de refugiados, el hambre y enfermedad’.
Pobre  y grande  Global South! Rico y pequeño Global North! Para acabar de completar, los expertos también dicen que “El Norte”, es principalmente  Occidente y el Primer mundo. Así pues,  parece que aquí se encuentra la clave. El nivel de desarrollo económico principalmente  determina entonces  a qué región se pertenece. Entre más desarrollo económico, más al Norte un país se encuentra, no importa que el mapa lo ubique en el Sur geográfico.
¿A dónde conduce esta nueva forma de  ubicación que flexibiliza lo geográfico y rigidiza una concepción de desarrollo centrado en lo económico? Por mi parte, encuentro evidencias cada vez más elocuentes que indican que cada país, cada región en el mundo lleva consigo su propio global north  y global south, no importa cómo lo clasifiquen los expertos. El criterio económico es a todas luces insuficiente. ¿Qué de los valores? ¿Qué de la justicia? Qué de la equidad?
No lo sé, pero en esta confusión geográfica – política solo viene a mi mente la frase del Profeta persa: ‘La tierra es un solo país y la humanidad sus ciudadanos’. De seguro  aquí se encuentra la clave de un Norte para todos.
Nota: Hoy 20 de Noviembre de 2010 se cumplen 21 años de la convención de los Derechos del Niño. http://www.unicef.org/spanish/crc/

sábado, 13 de noviembre de 2010

Primer día de blog

Leí hoy que cada día se crean millones de blogs. Uno más, el mío, en medio de la millonada! ¿Qué podrá significar? No mucho.... Tal vez, como el resto de la millonada. Pero lo que si es seguro es que hará parte del coro de voces de está humanidad que quieren decir algo. Algo que significa mucho para cada uno. Algo que necesita ser expresado, dicho, pronunciado, enunciado y tal vez... si la suerte acompaña, escuchado, leído, comentando, compartido, multiplicado. La necesidad de los mudos.... Tener voz.
Hoy comienzo este blog para  levantar mi voz y compartir reflexiones y algo más.
¿Por dónde empezar? Por ahora diré que la vida me ha puesto justo en ese lugar en donde se puede apreciar con mayor claridad lo que quiere decir inequidad,  desigualdad,  injusticia y  exclusión. No sólo  como ejercicio  académico disuelto, o condensado,  en  marcos teóricos, reportes, informes  y cifras estadísticas, lo qué es importante y ayuda en el esfuerzo de la comprensión y la explicación. Sino también como el registro de la vida, la  carne y hueso, el alma  que sufre y siente, que llora y lucha por su existencia material y espiritual.
Quiero compartir mis reflexiones y algo más  con ... a quien pueda interesar.... la convicción y la certeza de que un mundo mejor se puede lograr.
El diálogo está abierto y su voz y mi voz se pueden juntar.
Ya veremos mañana lo que dirán.