Rodin

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Foto Karem Sánchez Noviembre 2015

jueves, 3 de agosto de 2017

El sonido de la campana de una iglesia

Pensando en AM y S, ellos saben por qué


Existen sonidos definitivos. El del trueno de una tormenta tropical, el del tremor de un terremoto, el de las olas de un mar embravecido. El del disparo de un arma de fuego, el del llanto de un alma afligida, el de las carcajadas felices del grupo de amigos en momento de alegría.

Con los avances tecnológicos ciertos sonidos desaparecen y otros entran al registro del panorama auditivo. En los ámbitos urbanos contemporáneos, en general, es raro escuchar los ejes de la carreta tal como un poético cantor los inmortalizará.   Es menos frecuente oír el pregón de los vendedores de tomate y plátano verde en las calles del vecindario –ese pintoresco supermercado ambulante en forma de carreta empujada por la fuerza emanada de la urgencia por batallar contra la pobreza y lograr la supervivencia. Ya no se escucha el teclear de las antiguas máquinas de escribir, ese crepitar o su silencio, cuya velocidad definía tanto la eficiencia secretarial como la efervescencia creadora de escritores consumados o en potencia.

En su lugar, han aparecido otros registros sonoros.

El de los golpes de los dedos contra el teclado de las pantallas de dispositivos digitales: Teléfonos inteligentes, tabletas, computadores, cajas registradoras, solo para mencionar algunos.

Los teléfonos móviles entonan hoy inusuales ‘ringtones’. Estos van desde el sonido de una nave espacial extraterrestre invocando realidades propias de las películas de ciencia ficción, o el de las primeras notas de la pequeña serenata de Mozart, o el del más reciente éxito popular de salsa o bachata, sin contar con los otros cientos que ofrece cada nuevo modelo de aparato y su conexión a internet. Hay para todos los gustos y estos van de acuerdo con el contexto geográfico, social y cultural.

Asociados a los anteriores, y en versiones adicionales, se encuentran también los sonidos de los mensajes entrantes o salientes del whasapp: risitas irónicas, silbidos reconocidos como piropos, trenes a toda velocidad. En fin, hay también aquí enorme variedad. En el más apacible de los casos, más en un acto de preservación de la privacidad que disfraza la distracción, la falta de atención, o el aburrimiento, y menos en vena de acto caritativo para con quienes acompañan de forma circunstancial al portador del dispositivo inteligente, se encuentra el sonido del teléfono en modo de la vibración. Ese ronroneo espasmódico de gato perezoso que anuncia sin parar las miríadas de interacciones con el mundo digital, --no necesariamente con las personas-- propiciadas por las ubicuas conexiones a internet.

Tal vez, en ruidosa paradoja, el sonido que menos ahora se escucha el del tradicional tic-tac del reloj. Los relojes digitales han enmudecido el recordatorio del paso del tiempo que las nuevas rutinas de la vida moderna hacen correr de forma vertiginosa. Es por eso que el tañer de la campana una iglesia me parece tan especial.

Asentada en una suave colina, en medio de frondosos bosques europeos, en una pequeña villa de origen medieval, se escucha aún hoy el resonar de las campanas de una iglesia. Vestigio y recordatorio de un lejano pasado que sigue presente. Tradición e identidad para algunos, tal vez anacronismo total para otros. El repicar de la campana, ahora regulada por computador, anuncia el amanecer, el pasar de cada cuarto de hora y marca con el número correspondiente de campanadas cada una de las horas del día.  Llama al ángelus, esa costumbre religiosa del que probablemente pocos conocen la dimensión histórica de sus orígenes católicos a principios del siglo XIV, o recuerden su significado de llamado a la oración.  Y por supuesto, anuncian las campanas con su con sonoridad eufórica o lúgubre, según el caso, los acontecimientos trascendentales de la vida: nacer y morir.

Imposible no recordar y reflexionar en el epígrafe de la magnífica y tremenda obra de Ernest Hemingway Por Quién doblan las campanas.

‘Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y, por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas; doblan por ti.'
 John Donne


Foto: Esch-sur-Sûre. Karem Sánchez, 2017





martes, 11 de julio de 2017

El suelo bajo mis pies

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

(Antonio Machado,
Extracto de Proverbios y cantares (XXIX)


¡Aterrice! ¡Ponga los pies en la tierra! ¡Se le movió el piso! ¡Cuidado, ese es terreno movedizo! Estas son solo algunas de las expresiones del lenguaje cotidiano para hacer referencia a la importancia de andar sobre superficies firmes, no solo en el sentido metafórico sino en el muy literal. Epítomes de la seguridad y la certeza.  

En aras de lo razonable, al distraído, al idealista, al romántico, al locamente enamorado, al que toma riesgos --necesarios o no, se le conmina a abandonar su estado por uno de mayor certidumbre y firmeza. Se le compele a confrontar la realidad monda y lironda definida en términos de lo tangible y sólido. Lo que es supuestamente más estable y compacto.

El suelo bajo los pies es central en la existencia humana en este plano material. Nunca como ahora había pensado en la importancia de la tierra firme, o en su contrario. Inevitable pensar en Colón. Luego de meses en aguas de mares turbulentos y a punto de perder la vida, es salvador el grito ¡Tierra firme!

Desde hace algunos meses vivo con la sensación constante de ir navegando por las raudas aguas del rio Atrato o del rio San Juan del Chocó en Colombia, recuerdo evocador de una experiencia determinante y feliz de mi juventud. Mi cuerpo se mueve y balancea involuntariamente en una búsqueda permanente de equilibrio y estabilidad. Una idea aproximada de la sensación que experimento resulta de recordar cómo es estar de pie en una frágil canoa en aguas tormentosas o en un barco ligero en las aguas ondeantes al son del viento del Mar Caribe rumbo a las deliciosas islas de San Bernardo. Algunos describen esa experiencia, que generalmente es pasajera, como mareo de tierra. El sentirse estar todavía navegando cuando ya se está en tierra. Por fortuna, yo no tengo mareo. No percibo al mundo moverse en torno a mí.  Solo el constante movimiento de mi cuerpo. Yo me muevo en el mundo. El diagnóstico médico que describe esta condición neurológica se denomina temblor axial de origen central. A diferencia de otras condiciones similares que pueden afectar las manos, los pies, la cabeza o la voz, a mí me tiembla algo que no se ve: el eje de mi cuerpo.

No negaré que, sin un adecuado tratamiento, esta condición es incómoda, cansadora y desgastante en lo físico y lo mental. Sin embargo, en ésta como en otras ocasiones, he contado con médicos genuinamente preocupados e interesados por crear las condiciones para que esta paciente pueda disfrutar de una buena calidad de vida. Gracias entonces a los doctores del Servicio Médico de la Universidad del Valle o adscritos al mismo: Dr. Antonio Restrepo, Dr. Carlos Hernández y Dr. Juan Carlos Rojas. También al Dr. Gonzalo Zuñiga Escobar quien en medio de la natural angustia de los primeros momentos tuvo la amable gentileza de decirme en su consultorio --antes de siquiera examinar la pila de exámenes médicos que le llevaba--, ‘Karem, conozcámonos primero’. Su humanidad me tranquilizo.


Así, espero continuar el curso de mis actividades familiares, comunitarias, profesionales y lúdicas de manera relativamente normal y a un ritmo ajustado a las nuevas condiciones. Cada día traerá su afán, y cada buen día será un excelente día para aprovechar al máximo. Eso sí, ahora iré siempre navegando en mi canoa a pesar de que la distancia y las circunstancias me alejen por momentos de los lagos, ríos y mares geográficos y  que ahora, de manera metafórica, se convierten en el suelo bajo mis pies.





domingo, 11 de diciembre de 2016

En memoria de un querido amigo, Yoav Ben Dov





Yoav Ben Dov
(1957 -2016)

Un gran amigo








DE LA AMISTAD 

Uno de los jóvenes dice: Háblanos de la amistad Y él responde, diciendo: Con tus amigos encontrarás la satisfacción a tus deseos. Ellos son, el campo que siembras con amor y cosechas con agradecimiento. Ellos son, tu mesa y tu hogar. Pues no temes presentarte ante ellos, con tu hambre y los buscas para el apaciguamiento en su compañía. Cuando un amigo revela el fondo de su pensamiento, no temes escucharlo abiertamente, sin cerrarte a lo que él te dice, y no tienes miedo de ir hacia el con el “SÍ” del asentimiento. Y aún, cuando sea silencioso, tu corazón está escuchando su corazón. Pues entre amigos, los pensamientos, los deseos y las esperas, nacen y son compartidas, espontáneamente, sin palabras. Cuando tengas que separarte de tu amigo, no te aflijas, pues lo que más amas en él, puede serte revelado mas claramente en su ausencia, como la montaña que ha sido escalada, es más clara, vista desde el llano. Y no busques en la amistad otra cosa que el profundizar en las cosas del espíritu. Pues el amor que no busca esclarecer su propio misterio, no es amor sino una red lanzada con la que no sabes qué tormentos hallarás. Que lo mejor de ustedes mismos sea para sus amigos. Si le das a conocer tus reveses de fortuna, hazle conocer también tus éxitos. ¿Pues qué haces de la amistad, si no buscas tus amigos sino para matar el tiempo? Busca más bien, su compañía, para vivir las horas. Pues él esta para llenar tus necesidades, pero no tu vacío. Y en la dulzura de la amistad guarda un lugar para la risa y un lugar para compartir el placer. Pues es en la fragancia   de las pequeñas gentilezas, que el corazón se torna matinal y fresco.

Khalil Gibran
(El Profeta)

martes, 18 de octubre de 2016

Luz sobre luz


'Nada que no sea la interacción directa y constante entre las fuerzas 
espirituales que emanan de esa Casa de Adoración asentada en el corazón 
del Mashriqu'l-Adhkár y las energías conscientemente desplegadas 
por quienes administran sus asuntos en el servicio a la humanidad 
puede en modo alguno proporcionar los medios necesarios 
y capaces de remover los males que han afligido a la humanidad 
durante tanto tiempo y tan gravemente.'
Shoghi Effendi


Regresé ayer de Santiago de Chile. Los últimos cuatro días de estancia en ese país austral constituyen una experiencia vital única que seguramente no se repetirá. Regreso con la impronta de las huellas indelebles en el corazón y la mente de la energías espirituales, emocionales, y afectivas liberadas al reunirse en Santiago cerca de 4700 personas provenientes de más de 130 países quienes expresaban el gozo de la ocasión en más de 53 idiomas diferentes.

El Movistar Arena, escenario multitudinario empleado generalmente para el montaje de espectáculos enormes con las grandes estrellas musicales del momento, reunió en esta oportunidad a estos centenares de almas en un objetivo común: La dedicación y apertura al público del Templo Bahá’i del continente sudamericano.

Durante la apertura, en lugar del estruendo de las ovaciones y aplausos para el artista de turno, se escuchó el más profundo y devoto silencio mientras se entonaban los sagrados versos de las Escrituras Bahá’is lográndose una comunión estrecha de las almas. Sesión tras sesión, acto tras acto, la intensa atmósfera de regocijo convirtió a extraños en amigos unidos en el afecto que surge de la unidad de creencias y propósitos.

Se reforzaron los rasgos de la identidad bahá’i al recordar las gestas históricas de quienes trajeron al continente americano las enseñanzas y principios de un mensaje espiritual renovador y curativo originado, en tierras lejanas de oriente a más 15.000 kilómetros de distancia. Se reconocieron con alegría la diversidad, la riqueza y la importancia de los pueblos originarios desde México hasta Punta Arenas. Finalmente, en lo que constituyó el latir vital de este encuentro magnífico se amplió el entendimiento sobre la función vital espiritual y social de los Templos, Casas de Adoración Baha’is, en los cuales la oración y el espíritu de servicio se conjugan. El lugar de reunión armónica de las almas.

¿Quién pudiera negar que a este mundo le hace falta paz, amor y unidad? Pocos espacios físicos o intelectuales convocan en espíritu de amistad y unidad a las gentes de todos los orígenes y creencias para reunirse armónicamente en torno a estos anhelados ideales. Los templos Baha’is, estos maestros silenciosos, son hoy por hoy, uno de esos lugares.

En esta ocasión histórica, cada participante en dedicación del Templo, se integró a alguno de los nueve grupos de 560 personas que por turnos realizaron su primera visita al precioso lugar. Bajo un cielo lluvioso los buses que transportaban a los amigos trepaban la cordillera de Los Andes envuelta en una espesa neblina avanzando en procesión reverente. La misma que luego, escalón tras escalón, cada creyente continuaría hasta las puertas de esta bella edificación que es símbolo de resplandor espiritual. Mientras llegaba el turno de la visita, el viento helado de la cordillera calaba los huesos, pero el frio era contrarrestado por el calor humano de quienes bajo una carpa blanca entonaban melodías y se avivaba el fuego del amor.

Al ingresar al recinto, nuevamente el silencio devoto que permite la conexión con lo trascendente y lo más íntimo del ser interior. Las voces melodiosas del coro resonaron vibrantes al entonar los versos sagrados y luego, el encuentro con esos dos Rostros amados y reverenciados.
Todo estaba cumplido. Finalmente, todo era luz sobre luz.


                                         Foto. Sam Saberin


miércoles, 28 de septiembre de 2016

Peace, beyond a political agreement: A Statement by the Bahá’í community of Colombia



Peace, beyond a political agreement:
A Statement by the Bahá’í community of Colombia



The Baha’i community of Colombia has released an open letter appealing to all Colombians to seize an “historic opportunity” and work for the cause of peace. The letter comes in advance of the signing of a peace deal between the Colombian government and the Revolutionary Armed Forces of Colombia-People’s Army (FARC-EP) on 26 September.

“We have seen that small, voluntary acts of service can produce profound and lasting changes in families, children, and their neighborhoods," explained Ximena Osorio, a representative of the Colombian Baha’i community. "Each individual has the potential to become an active agent of social change and contribute to building a peaceful society.”

From Bahá'i World News Service Press release (http://news.bahai.org)/
25th September 2016



You can read the full statement here:


La Paz, más allá de un acuerdo político



La Paz, más allá de un acuerdo político
Declaración de la Comunidad Baháì de Colombia



'El propósito de esta declaración es transmitir a nuestros conciudadanos en el país que la comunidad bahá’í de Colombia comparte los sentimientos de alegría y esperanza que generan la llegada del fin de más de cincuenta años de conflicto armado, así como ofrecer nuestros pensamientos respecto a algunos principios y valores que consideramos relevantes para consolidar estos anhelos de paz y reconciliación en hechos concretos y duraderos.'    

Extracto de la Carta de la Asamblea Nacional de los Bahá'is de Colombia,  
22 de Septiembre de 2016
16 de'Izzar (Fuerza, 175 E.B    

Les invito a leer la declaración completa en este enlace.






domingo, 10 de julio de 2016

Proeza musical…, La vida una proeza.



Para R. J. Z. B, con afecto



Las proezas son inspiradoras. Implican un héroe o una heroína que con denuedo emprende una  empresa imposible. Luego de actos osados y valerosos cumple su cometido. Sin embargo, pareciera que el universo de la realización de las proezas se reservara solo para el mundo de la ficción tan popular entre los niños y jóvenes. Pareciera que las hazañas pertenecen a los superhéroes, la mujer maravilla o superman. Y justamente, como son   producto de la imaginación, sugieren estar  por fuera de la esfera de la vida cotidiana, del mundo de lo  posible. En otras palabras,  las proezas y  los héroes que las realizan  son inalcanzables para el común de los mortales. La mayoría de nosotros.

Hace poco y  por accidente, me encontré con la  magnífica realización de una proeza humana en un ámbito en donde rara vez se registran hazañas: el musical. Un video en youtube  reproducía la transmisión radial en vivo de un evento tradicional que cada año, entre julio y septiembre, realiza  la  BBC de Londres,  el Prom 2015.  Como  todos los años, se celebraba la música clásica y sus intérpretes.  En esta oportunidad, el lugar era  el Royal Albert Hall de Londrés. La fecha,  el 5 de septiembre de 2015. El artista,  el magnífico chellista Yo Yo Ma. La obra, las seis suites para chello de Johan Sebastian Bach. Lo singular, la interpretación continua, solo con un breve receso de 15 minutos, de todas las suites una tras otra. Los conocedores lo consideraron una proeza musical, intelectual y física.

La voz del presentador de la emisora radial inglesa me llevó a la evocación  uno de los más queridos recuerdos de mi infancia. Cuando las radio novelas activaban mi  imaginación  y recreaba los mundos y las aventuras de Arandú o de Kalimán y su querido amigo Solín. Cuando el cuerpo no daba para más y en compañía de mi querida abuela, mamita Aurita, pasábamos horas enteras tejiendo, bordando o leyendo.  La  voz clara, bien modulada, con  un inconfundible inglés con acento británico del presentador de la BBC y todo el audio de la interpretación, me hizo imaginar el evento así.

Los ojos, los oídos y los corazones de 5000 espectadores emocionados y expectantes se dirigían fijamente a   Yo Yo Ma y su chello. Los dos,   en la infinitud y soledad del escenario. El estudio sistemático y profundo por más de 40 años de vida musical  le permite  al artista recorrer de memoria las notas sublimes de la obra de Bach. Las sutilezas, los énfasis, la emoción y el virtuosismo hacen de esta una interpretación única, irrepetible. El esfuerzo físico, probablemente los músculos cansados, los estiramientos frente al público que le otorgan un carácter de humanidad a la proeza,  no hacen mella en una ejecución que los expertos consideraron impecable. A medida que, uno tras otro, se sucedían los 36 movimientos de las seis suites, se tejía entre la audiencia y el intérprete una conexión  más allá de lo corpóreo.  Se diría una experiencia de comunión cósmica, casi mística, espiritual.  Dos horas y 47 minutos de ininterrumpida y magistral interpretación. Pero hay más. Luego del aplauso fervoroso y la ovación admirada, luego de la expresión  de la emoción máxima y exultante, luego de regresar al escenario varias veces para recibir la lluvia de aplausos y el agradecimiento por semejante despliegue de virtuosismo,  Ma, en un extraordinario gesto de generosidad y más allá del límite de todas las energías ofrece al público un encore, el bono extra. En recuerdo de (y  tal vez en auxilio para) los que sufren en el mundo, interpreta una pieza adicional: El cant dels ocells. Obra emblemática convertida en  himno a la paz, gracias a otro sublime maestro de la interpretación del chello,  Pau Casals.

Creo que  las proezas   inspiran  porque, como seres humanos dotados de múltiples talentos y facultades, hemos sido llamados a cumplir el propósito de nuestra vida. Ella es en sí misma una gran hazaña. Es allí donde se encuentra su sentido y su significado. El asunto es que a veces perdemos de vista que nuestra existencia, es tal vez la más grande proeza que podemos realizar. Esfuerzo sistemático, estudio constante,  humildad frente a la tarea, generosidad, entre muchas otras características, se encuentran entre las claves para afrontar la empresa y realizar la proeza. ¿Quién se animará a escuchar  la interpretación? De pronto, el solo hecho de escuchar  y seguir cada nota será la hazaña del día para algún oyente que encuentre en la música el solaz a sus dificultades, el alivio en tiempos difíciles. Eso es lo que anima a Yo Yo Ma  diariamente a realizar sus proezas musicales.







‘El arte del músico está entre aquellas artes que son dignas de máxima alabanza y conmueve los corazones de los acongojados. Por tanto, (…), toca y canta las santas palabras de Dios con maravillosos tonos en las reuniones de los amigos, para que el oyente se libre de las cadenas de la tristeza y la pena, y su alma salte de alegría y se humille en oración al dominio de Gloria.’
‘Abdul-Bahá

                                                                               Selección de los Escritos (74.1)