Para G,Z que son, y para C y JA que también son
Los que están cerca. Los que están lejos. Los conciliadores. Los conflictivos. Los excéntricos. Los normales. Los psicorrigidos. Los flexibles. Los dependientes. Los autónomos. Los brillantes. Los lentos. Los sanos. Los enfermos. Loa aventureros. Los sedentarios. Los osados. Los prudentes. Los que hacen parte de nuestra existencia de una manera armónica, fluida y comprensiva. Los que representan siempre un misterio insoluble porque no los entendemos. Son los hermanos y las hermanas. Aquellos que invocan y dan sentido al valor de la fraternidad.
En los tiempos que corren, para las nuevas generaciones tener hermanos o hermanas (al menos los de sangre) es cada vez más raro. En ciertos contextos económicos, sociales y culturales, las parejas optan por tener solo un hijo. En otros, como China se trata de una política poblacional para controlar el crecimiento demográfico. Sin embargo, la amplitud de la palabra fraternidad abre puertas por donde muchos hermanos o hermanas pueden entrar. Depende de cada uno. De acuerdo al diccionario, fraternidad hace referencia a la amistad o afecto entre hermanos y también entre quienes se tratan como tales. Esta segunda parte de la definición amplia los lazos familiares. Así entonces, hablamos de los primos-hermanos, que son más hermanos que primos; de amigos como hermanos, y otras combinaciones de relaciones en donde la hermandad es lo primordial.
El llamado a la fraternidad y la hermandad no ocurre solo entre personas. El lenguaje da testimonio de ello: Países hermanos, pueblos hermanos, naciones hermanas, ciudades hermanas. ¿Qué tan hermanos o hermanas son? Me gustan mucho por su invocación a la fraternidad en el contexto de la actividad musical dos ejemplos para fomentar la hermandad. Me gustan también porque recuerdan que tan complejas pueden ser las relaciones entre hermanos. El primero de estos ejemplos remonta a 1999 cuando Edward Said y Daniel Barenboim decidieron fundar una orquesta con músicos de Israel, Palestina y otros países árabes, la West-Eastern Divan Orchestra. Diez años después de muchas luchas y desafíos Barenboim dice que además haberse forjado una orquesta de primer nivel, también han logrado una que demuestra que escuchándose los unos a los otros tanto en lo musical como en otros asuntos se pueden lograr grandes cosas. (http://www.west-eastern-divan.org/). El segundo ejemplo, tal vez en una escala menor pero de enorme significado, fue el reciente concierto binacional ofrecido en Bogotá, Colombia, por la orquesta conformada por cerca de 200 músicos colombianos y venezolanos dirigida por Gustavo Dudamel. El director al hablar de este concierto decía: "Adicional al mensaje artístico, está el de la hermandad de nuestros dos países, que toma la cultura como primer vínculo. Es algo histórico".
Tanto en el terreno personal como en el colectivo queda mucho por hacer en pos de la hermandad y la fraternidad. Cada uno puede hacer su balance personal de las relaciones con sus hermanos y hermanas. Con el resto del mundo también. Les invito a examinar el informe de UNFPA del estado de la población mundial 2010 titulado Desde conflictos y crisis hacia la renovación: generaciones de cambio[i]. En éste se considera de qué manera los conflictos y las prolongadas emergencias humanitarias afectan a las mujeres y las niñas y a los hombres y los niños varones y muestra cómo numerosas mujeres y jóvenes han superado obstáculos aparentemente inexpugnables y han comenzado a reconstruir sus vidas y a sentar las bases de la paz y la renovación de sus sociedades. ¿Es este un campo de oportunidad para ampliar las relaciones fraternales? Yo creo que sí. Sólo miremos a nuestro alrededor y reflexionemos lo que cada uno podemos hacer. No en un nivel abstracto o teórico sino en una dimensión más concreta y práctica. El Profeta Persa ya lo dijo: Éste es el tiempo para alentar y refrescar al deprimido por medio de las vivificantes brisas de amor y fraternidad, y por las vivientes aguas de amistad y caridad.
Hoy, en la víspera de Navidad en el mundo cristiano, tomemos la oportunidad de renovar y ampliar los sentimientos fraternos.
Que las voces del poeta, el músico y el cantor nos inspiren. Aquí les dejo las palabras de Atahualpa Yupanqui, en la voz del Cigala y Andrés Calamaro.
Un abrazo fraterno para todo aquel que tome unos breves minutos de su existencia para leer estas líneas.