No quiero entrar en detalles respecto al matrimonio de nuestro hijo. Quiero, en cambio, evocar a Herme y Elias, madre y padre de la novia. Ambos nacidos y criados en la entrañas de la España profunda. En el breve tiempo que hemos podido compartir, además de brindarnos una amistad sincera y afectuosa colmada de una extraordinaria hospitalidad la cual hemos recibido como un verdadero honor y privilegio, nos han abierto la puerta de su casa, su corazón y su patria y nos han dejado asomar a un universo cultural rico en tradiciones, emociones y pasiones.
Hablamos castellano, pero los kilómetros de océano que nos han separado por centurias, le asignan significados diferentes a las palabras. Herme va a ‘fregar’ cuando quiere lavar los platos y hacer los oficios de la cocina. Yo la ‘friego’ cuando la fastidio al querer lavar los platos en los que se sirven copiosas cenas y deliciosos manjares preparados por ella. Nos propone salir a ‘cazar gambusinos’ cuando quiere jugar una broma inocente. Las horas de alimentación y sus nombres son otro rompecabezas: El almuerzo es entre el desayuno y la comida, la comida es el almuerzo, la merienda son nuestras ‘onces’ y la cena es nuestra comida solo que hacia las 10 de la noche. Nos confundimos mientras aprendemos lo que significan las cosas para cada una y encontramos el sentido y el significado que nos permite comunicarnos y compartir. Elias,… el que hace la mejor paella de Valencia, es conocido por todos. Su generosidad es enorme. Sus otras dos hijas y su otro yerno, tienen corazones solidarios, dispuesto al servicio, y el bienestar de los demás.
Aman su país y su tierra. Recordando a Machado al borde del Mediterráneo nos mostraron sus lugares de esparcimiento, diversión y alegría compartidos en familia extensa. Y no lejos del mar, vimos las sierras españolas que para mí solo eran referencia literaria. Valencia y España son ahora realidades concretas y vivas para mí gracias a Herme, Elias y su familia.
Junto a ellos y también con Bizhan y Deli, en Luxemburgo, hacemos una gran familia en donde se cruzan tradiciones históricas y familiares que unen a oriente y occidente; antiguos y nuevos continentes. La fuerza del pasado con el impulso del futuro por venir.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
(Extracto de Proverbios y cantares (XXIX))